Artículo interesante: Ebola y persistencia ambiental

Ebola y persistencia ambiental; nuevos datos.

Cuando uno se enfrenta a un virus en el laboratorio, o en medio de una emergencia, necesita poner distancia entre él y el virus. Esto se puede lograr con indumentaria especial, muchas veces hidrófoba, que repele el agua y fluidos y por lo tanto evita la entrada de los virus; con mascarillas o sistemas de filtración de aire, que los atrapan y evitan su inhalación; con guantes, botas, manguitos, etc. Dentro de los laboratorios aún creamos más distancias ya que manipulamos las muestras dentro cabinas de seguridad biológica que generan una cortina de aire que atrapa y contiene los virus que potencialmente puedan haber en dichas muestras.

Sin embargo ningún sistema es absoluto, completamente seguro y además resulta que todo lo que se utiliza una vez queda potencialmente contaminado y su coste hace que sea imposible asumir un single use, un único uso, un usar y tirar continuado. Es entonces cuando uno se pregunta si podríamos utilizar un concepto que sí es aparentemente absoluto… el tiempo.

Y esta aproximación hacen los autores del artículo (ver link al final) con respecto a la inactivación (natural) del Ebola.

Los autores suspenden el virus Ebola, la cepa Makona, lo mezclan, con un equivalente artificial de la sangre, con elevada carga proteica, y lo dejaron secar sobre superficies, simulando la gota o el esputo proyectado por el enfermo y que cae a su alrededor. Los materiales escogidos fueron superficies de acero inoxidable, muy comunes en los hospitales y los materiales plástico-textiles (mascarillas, monos plásticos impermeables) que constituyen las barreras de protección de cuidadores y personal sanitario. En el estudio midieron la viabilidad del virus a 1 hora, 24 horas, 3 días y 8 días.

¿Y cuáles fueron los resultados? Os adjunto una gráfica y lo discutimos.


En esta figura se muestra la persistencia ambiental de EBOV Makona (EBOV / Mak) suspendido en un líquido con alta carga proteica. Se escogieron como condiciones ambientales 21.5 ° C y 30% humedad relativa. Cada punto de la gráfica es la media de tres resultados y las barras de error que se ven reflejan la dispersión entre estos tres datos en cada punto.

Las superficies porosas, como sería el algodón que constituye muchos monos y batas hacen perder la viabilidad vírica más rápidamente. Así en una hora se ve una caída de 3 log10; es decir, del 100% de virus pasamos al 0,1% de virus pero es un magro consuelo porque la dosis infecciosa de este virus es muy baja, del orden de 1 a 10 partículas víricas. La inactivación completa se alcanza a las 24 horas. Dicho de otro modo, un textil de algodón manchado con una secreción que contiene Ebola probablemente no sería infeccioso, en las condiciones señaladas, pasadas 24 horas (con más seguridad a los dos días). Este efecto de los materiales porosos ya ha sido bastante descrito por otros autores con otros virus con envoltura anteriormente por lo que podemos dar por bueno. En cambio, para superficies no porosas, más impermeables, como son los materiales de las mascarillas respiratorias y los monos plásticos impermeables la persistencia del virus se prolonga en el tiempo, hace falta esperar 24 horas para ver caídas de poco más de 1 log10 (pasar del 100% al 10%) y si dejáramos actuar exclusivamente al tiempo a los 8 días aunque tuviéramos una reducción de entre 3 y 4 log10  aún restarían suficientes virus para infectar el personal que manipulara estos elementos. No se observaron diferencias significativas entre los materiales no porosos, por tanto parece un comportamiento que podríamos extrapolar a otros materiales como cristales, utensilios plásticos, recubrimiento armarios, pinturas, etc.

Aquí, en este artículo, no se están valorando los efectos de la radiación solar y del componente UV de la misma, y las condiciones de temperatura se pueden considerar suaves, comparadas con las que Ebolavirus se enfrenta en su ambiente natural, el África tropical y ecuatorial. Se podría pensar que en estos países, donde son más que frecuentes las temperaturas por encima de los 30-35ºC, una desecación al sol, con su componente ultravioleta, y a mayor velocidad debido a una temperatura más alta, tendría un efecto más devastador sobre la persistencia vírica. Pero es una suposición, no hay datos que puedan probarlo.

Y es así como, para forzar la mano, para ir más deprisa y asegurarnos ausencia de infectividad antes de manipular materiales, equipos o superficies, que recurrimos a los desinfectantes. Los investigadores también lo han hecho; serán objeto de una nueva noticia.

Enlace: http://www.mdpi.com/1999-4915/7/4/1975



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